¿QUIENES ERAN LOS CELTAS?
Hacia el siglo IX ocupamos las tierras entre el Rin y el Sena y atravesamos el Canal de la Mancha.
Hacia el 500, tras empujar a los ligures, penetramos en España. Un siglo más tarde nos extendimos por todo el valle del Po italiano y poco después invadimos el Danubio medio y bajo.
Atacamos Iliria y entramos en contacto con los macedonios y los griegos, de tal modo que en el siglo IV ningún otro pueblo poseía un imperio comparado al nuestro en extensión. Imperio que fue efímero pues acabmos por dividirnos pronto en una porción de pueblos distintos.
Por consiguiente hay dos grupos de celtas insulares los goidélicos y los bretones. Las grandes divinidades son comunes, aunque con evoluciones fonéticas y diferentes interpretaciones que cada uno hizo a su modo.
En cuanto a su historia mítica, tiene dos fases. La primera de las razas que invaden Irlanda es la de Cessair, que desembarca en Irlanda para huir del diluvio. | ![]() |
Tras el diluvio empieza una segunda fase con cinco invasiones. La primera es la de Partolón, la segunda la de Nemed, la tercera la de los Fir Bolg, la cuarta la de los Tuatha De Dannan y la quinta la de los Hijos de Milé.
Tipológicamente éramos dolicocefácilos, rubios y de elevada estatura y nuestro origen se relaciona más claramente como una división de los pueblos caucásicos que como una parte de los pueblos nórdicos
Llevamos nuestras conquistas hasta el Asia Menor.
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Nunca llegamos a formar un estado unitario, pero sí poderosos grupos semifeudales unidos por necesidades de defensa común.
Con el desarrollo de La Tène (hacia el año 400 a.C.),
los celtas, ahora denominados galos, invadimos el valle del Danubio
y parte del Asia Menor, pero poco después comenzamos a ser
derrotados, especialmente, por los romanos que, al extenderse por
el Mediterráneo y por Europa, colisionan con el mundo céltico. |
La cuenca alta y media del Duero y los montes de la cordillera Ibérica parecen haber sido los núcleos más importantes del celtismo hispánico, pese a conservarse sus caracteres con mayor pureza en el área del litoral galaico-portugués.
Nuestros caracteres culturales se cifraban en tener una religión panteísta y misteriosa
Creíamos en la reencarnación o transmigración de
las almas y en la existencia de otra vida después de la muerte.
Adorabamos a los astros y a dioses superiores, que tenían suficiente
poder para influir en nuestro destino, adversa o favorablemente. Nuestro
culto lo practicabamos en la cumbre de una montaña o en la espesura
de los bosques y hacíamos sacrificios humanos a nuestras divinidades. |
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Eramos una raza sumamente belicosa que, en tiempos de paz, nos dedicábamos a la caza y a la pesca, quedando las mujeres al cuidado de las faenas agrícolas y domésticas.
Las cosechas se repartían por igual entre todos los ciudadanos y éstos estaban divididos en cuatro categorías sociales que correspondían al sacerdocio, la nobleza o jerarquía guerrera, el pueblo y los esclavos.